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Episodio 112 - ¿Una generación más pobre que sus padres?

Buenas semanas a todos, ¿cómo andan? Bienvenidos a un nuevo episodio, episodio 112. ¿Cómo andan? Yo todo bien, acá con mucha lluvia por Torino, Italia, o Turín en español. Está lloviendo mucho estos días, parece más otoño que primavera.

Pero bueno, es una primavera que está tardando un poco en llegar, aunque en realidad tuvimos días de muchísimo calor hace 3 o 4 días atrás. Así que bueno, así de raro está el clima por acá, por esta parte del mundo. Y yo seguramente me van a escuchar un poco con una voz un poco rara porque estoy un poco enfermo.

Estoy un poco así, resfriado, con este cambio de temperaturas. Y por eso estuve tardando un poco en publicar el nuevo episodio, porque no solamente tenía la voz así, sino también que tenía tos, así que no podía grabar. Así que bueno, mil disculpas por eso, pero bueno, no es mi culpa enfermarme.

Pero bueno, ahora estoy un poco mejor y aprovecho para hacerlo. Así que acá estamos volviendo al podcast. Bueno, ¿cómo andan? Espero que estén muy bien.

Gracias por estar escuchándome otra vez en un nuevo episodio. Estoy contento de estar grabando otro episodio para ustedes. Acordate que si te gusta el podcast y sentís que te ayuda con tu español, podés seguirnos para estar actualizado con los episodios.

En Spotify hay un botón que dice seguir. Bueno, tenés que hacer clic ahí para que estés actualizado con los episodios y que te lleguen las notificaciones. A veces escucho a estudiantes o oyentes del podcast que me dicen ah, hace mucho tiempo que no escuchaba tu podcast, o no sé, tengo que actualizarme con los episodios, tengo que escuchar más episodios que no escuche los últimos.

Bueno, eso no puede pasar. No, no, estoy jodiendo. Pero para que no les pase eso, para que estén actualizados con el podcast, tienen que seguirnos.

Si ustedes nos siguen y si activan la campanita, van a tener la notificación de cuando yo publico un nuevo episodio. Y bueno, si te gusta el podcast, podés dejarnos cinco estrellas. Otra cosa más.

Si te interesa participar en nuestro club de conversación del podcast, podés sumarte. Cada semana hablamos sobre diferentes temas. La semana pasada, por ejemplo, hablamos sobre eventos o cosas paranormales.

Estuvo muy bueno, muy interesante. Es justamente el tema del último episodio, así que si todavía no lo escuchaste, te invito a hacerlo. Bueno, vas a poder encontrar el link para el club de conversación en la descripción de este y también de los demás episodios.

Bueno, después de toda esta introducción, vamos a empezar. Hoy tenemos un episodio que no le va a gustar mucho a la generación Z. Así que si estás escuchando esto y tenés, no sé, menos de 26 años o menos de 30, no sé. No sé, chicos, a qué edad empiezan las generaciones.

No soy experto en esto, pero vamos a decir que si tenés menos de 30, como yo, por ejemplo, que tengo 28 años, este episodio te va a sorprender. O no, en realidad. Puede que no te sorprenda, porque no es algo que sorprende lo que vamos a decir hoy.

Ya se sabe, básicamente. Solo que vamos a discutirlo de una manera seria ahora. Vamos a ponernos un poco serios.

Vamos a hablar sobre un artículo que me llamó la atención en internet y que se llama así. ¿Es esta generación de jóvenes más pobre que sus padres? Y cuando leí el título de este artículo dije, sí, sin pensarlo. Vamos a ver las razones detrás de esto.

O sea, ¿por qué somos más pobres que nuestros padres? Vamos a analizar este artículo, pero también buscar más información en internet para ver por qué pasa esto. Si en verdad es así o nos están mintiendo o hay una manipulación de la información o de la realidad, no sé. Bueno, si te interesa, quédate escuchando.

Durante mucho tiempo, la historia fue bastante optimista con las generaciones. Cada generación vivía mejor que la anterior. La posguerra, o sea, el tiempo después de la guerra, trajo un crecimiento económico, estabilidad y acceso a una creciente cantidad de bienes materiales como pueden ser las casas, los autos, la educación y un empleo o trabajo estable.

Para muchos baby boomers esto fue una realidad. Sin embargo, ese ciclo virtuoso se interrumpió con la llegada del siglo XXI. Los millennials llegaron a la adultez justo cuando comenzaron a encadenarse varias crisis globales.

La gran recesión de 2008, el aumento del endeudamiento universitario, la crisis climática y más recientemente una pandemia mundial. El resultado, trabajos más precarios, alquileres con precios altísimos y una desigualdad creciente que ha hecho casi imposible seguir el camino de sus padres. Bueno, voy a explicarles brevemente qué dice esta primera parte del artículo, este párrafo.

Básicamente siempre se creyó que cuanto más vivíamos, más íbamos a vivir mejor, que nuestros padres tuvieron una vida no tan fácil, pero nosotros obviamente nuestra vida tenía que ser más fácil porque éramos la próxima generación. Pero eso no fue así hasta la llegada del siglo XXI. Empezaron a haber varios problemas como la crisis, bueno diferentes crisis, diferentes pandemias.

Tuvimos una pandemia en el año 2020 y todo esto hace que el precio de los alquileres aumente, la inflación aumente, la desigualdad aumente. Bueno, vamos a seguir. En la sociedad actual se ha generado un debate en torno a la situación económica de las diferentes generaciones de jóvenes, especialmente de los millennials, y si estos son más pobres que sus padres o no.

Un informe publicado por el Centro de Investigación Pew, creo que se pronuncia, o Pew, no sé, una organización sin fines de lucro que realiza investigaciones en Estados Unidos, indica que los millennials enfrentan desafíos económicos significativos en comparación con sus generaciones anteriores. El informe revela que los ingresos medios de los millennials son inferiores a los de los baby boomers en su etapa de vida adulta joven. Además, los millennials también tienen más dificultades para acceder a la vivienda, ahorrar para la pensión y pagar deudas estudiantiles.

Bueno, voy a explicarles brevemente lo que dice. Básicamente hay un informe que dice que los millennials, o sea los jóvenes de ahora, tienen más dificultad para poder enfrentar los costos económicos, o sea todo lo que tienen que pagar. Y básicamente esto es porque están ganando menos, o sea los ingresos, el salario que reciben, es menos de lo que los adultos, o sea sus padres, recibían a su misma edad.

Y obviamente se complica, se complica para pagar el alquiler, la vivienda, en este caso habla de la vivienda. Una vivienda es sinónimo de una casa o un departamento, es una palabra general para hablar de casa o departamento, o sea un lugar donde vos vivís. Seguimos.

El sueño de la casa propia es una frase muy utilizada para representar el sueño de muchas personas y familias de tener una vivienda. Un objetivo que se asocia con la estabilidad económica, con la seguridad y el progreso social. Esta aspiración es culturalmente significativa, ya que alcanzarla es visto como un importante logro personal y familiar, y un símbolo de éxito y de estabilidad.

Bueno, esto lo que dice básicamente es que tener una casa propia es visto como algo súper, súper, como un sueño básicamente, como que es el momento en el que alcanzaste todos tus objetivos de tu vida. Y esto es particularmente verdad, especialmente en Argentina. El sueño de la casa propia para muchos es una realidad, mucha gente sueña con tener una casa propia y no alquilar un departamento o una casa.

No sé en sus países si también es así, pero en Argentina sí. Bueno, en Europa, por ejemplo, gran cantidad de gente no vive en casas, vive en departamentos, pero el departamento generalmente lo compran. Lo compran, obviamente, si no son desde la generación Z o si tienen plata.

Pero bueno, lo que es equivalente en Europa a una casa es un departamento, especialmente los que viven en la ciudad. Los que viven en pueblos, bueno, puede ser que tengan una casa. Alcanzar este logro de la casa propia es visto como algo importante y es un símbolo de éxito y de estabilidad.

O era visto en el pasado. En la actualidad cada vez son más los jóvenes que están renunciando a ese sueño. Los millennials o miembros de la generación X, no, generación Z, nacidos entre, no, perdón, dice generación Y, ok, nacidos entre 1981 y 1996, o sea, yo soy generación millennial, porque yo nací en el año 1996, y los centennials o generación Z, nacidos entre 1997 y 2012.

Ah, o sea que yo estoy en el medio, básicamente. Estoy entre la generación millennial y la generación Z. Por eso muchas veces digo que me siento identificado con una y no me siento identificado con otra. Tengo como grises ahí.

Ahora todo tiene sentido. Bueno, son un grupo que ve pocas oportunidades para prosperar financieramente en comparación con las generaciones anteriores por muchos factores, siendo el factor económico uno de los principales. Bueno, lo que dice esta parte básicamente es que este sueño de tener una casa propia es algo un poco del pasado.

¿Por qué? Porque las generaciones de ahora, los millennials y los centennials, lo ven como algo difícil de tener, básicamente porque hay pocas oportunidades para progresar en términos económicos. Los salarios son bajos, bueno, hay pocas oportunidades de empleo, o capaz las condiciones de empleo no son las mejores. Bueno, vamos a seguir.

Dentro de un hogar promedio, lo que genera mayor riqueza es tener una casa. Eso dice Juan Luis Correa. Es un académico e investigador del Instituto de Políticas Económicas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello.

Dice, si seguimos la tendencia de los últimos años, vamos a observar un deterioro en cuanto al valor de los activos de los hogares jóvenes con respecto a los de sus padres, producto de un acceso más limitado a la vivienda. Bueno, lo que dice este hombre es que la mayor riqueza, es decir, la mayor cosa que te hace rico, no que te hace rico, pero que tiene valor patrimonial, es tener una casa. No es tener un auto, tal vez.

Lo más importante, el valor monetario principal es una casa. Y, básicamente, estamos retrocediendo, estamos yendo para atrás con esta tendencia. Porque, obviamente, la cantidad de jóvenes que pueden acceder a comprarse una casa es cada vez menos.

Bueno, vamos a seguir. Se podría pensar que este fenómeno es, o sea, este fenómeno de que los jóvenes accedan menos a tener una casa, a comprar una casa, este fenómeno es por un aumento en el precio de las viviendas. Es decir, que las casas o departamentos cuestan cada vez más.

Pero los precios dejaron de subir en la calidad y comenzaron a bajar en los últimos tres años. El precio promedio de las viviendas cayó en un torno a un 8%, dice Juan Luis Correa. Según el académico e investigador UNAB, son dos los elementos que están impidiendo que los jóvenes puedan comprar casas o departamentos.

En primer lugar, el crecimiento promedio de los salarios de los jóvenes ha sido muy bajo durante la última década. Situación que venía desde antes de la pandemia y que empeoró con la inflación. Bueno, básicamente lo que dice esta parte es que el precio promedio, el precio de los alquileres, perdón, para comprar una casa o un departamento, está bajando.

Pero, ¿cuál es el problema? Que los salarios no están subiendo. Entonces, eso hace que no puedan tampoco acceder a la compra de esa casa o de ese departamento. Todo esto, que los precios dejen de subir, pero que los salarios no suban, hace que, a diferencia de sus padres, esta generación tenga en promedio hasta 75.000 euros menos de ahorro.

O sea, tienen 75.000 euros menos ahorrados. Con un precio de la vivienda que sube de forma generalizada desde hace muchos años, los jóvenes se ven obligados a alquilar un departamento o una habitación en una vivienda compartida con otras personas. Aunque sale más caro que comprar una casa en la actualidad.

El resultado es la imposibilidad de los jóvenes para poder ahorrar al tener que pagar el alquiler todos los meses. Esto los lleva a la situación de no tener el tiempo de acumular dinero, plata, para poder afrontar la compra de una casa. Claro, lo que dice esta parte del artículo es que, al no poder comprar una casa o un departamento, obviamente tienen que alquilar un departamento o pueden alquilar también una habitación con otras personas.

Pero, al tener que pagar todos los meses el alquiler, no tienen tiempo, no tienen tampoco la plata para poder ahorrar, para poder acumular dinero, para poder comprar una casa. Casi la mitad de los jóvenes ya tienen también un segundo trabajo o cree que necesita uno, según una encuesta. La desigualdad entre las generaciones está aumentando, con consecuencias tanto sociales como políticas.

El mercado laboral ofrece puestos de trabajo precarios, con un salario insuficiente para afrontar el costo de la vida. En otras palabras, las expectativas económicas son mucho más bajas para los jóvenes de la generación X en comparación con las que tenían los millennials. Bueno, básicamente lo que dice acá es que hay una desigualdad, como decíamos antes, entre las generaciones, y eso está aumentando.

Las opciones para trabajar, o sea, el mercado laboral, son precarias las condiciones, es decir, son muy malas. Son muchas horas, pagan poco, o sea, ganan poco, un salario insuficiente, y eso, como dije antes, no les permite ahorrar. En América Latina la situación es peor.

Los millennials en la región crecieron entre ciclos de inflación, inestabilidad política, endeudamiento externo y una escasa inversión pública. Esto ha limitado severamente las oportunidades de ascenso social. A pesar de estar mejor formados, de tener más educación que las generaciones anteriores, se enfrentan a malas condiciones laborales y gobiernos con escasa capacidad de protección social.

Bueno, básicamente es lo mismo, pero en América Latina, que lo que dice es que es mucho peor porque en América Latina se suman otros problemas, como la inflación, como la corrupción, que capaz que no hay tanto en otros países. Todo esto genera también que la edad de emancipación sea cada vez más alta. ¿Saben qué significa emancipación? Bueno, en un contexto más cotidiano o informal, emanciparse se refiere a la edad en la que los hijos dejan la casa de sus padres.

Se pueden, por ejemplo, ir a estudiar o ir a trabajar. En España, la edad media de emancipación supera ya los 30 años, un número muy diferente desde hace 20 años, cuando la edad era de 25 a 26 años. La idea de que el esfuerzo se traduce en progreso económico ha dejado de ser una garantía para esta generación.

Muchos milenials han cumplido con todas estas recetas que se les enseñó, estudiar o ir a la universidad, especializarse, o sea, hacer un máster, trabajar duro, pero el resultado es una situación patrimonial peor que la de sus padres. Bueno, básicamente lo que dice esta parte del artículo es que la edad de emancipación, o sea, la edad en la que los hijos dejan la casa de sus padres, es cada vez más alta. Y básicamente todo lo que han hecho para tener una vida mucho, mucho mejor que la de sus padres, estudiar, trabajar y todo eso, como que no están viendo un resultado, no están viendo los frutos de eso, como decimos en español.

Y esto pasa también un poco en Argentina, pero no tanto. Pasa mucho también en Italia. En Italia la edad de emancipación está también en los 30 años, más o menos.

Es muy alta. Y es algo que me choca un poco para mí culturalmente porque en Argentina no es tan así. No sé por qué, pero creo que también es algo cultural.

En Italia, especialmente la gente del sur, es muy pegada a la familia, especialmente las madres con los hijos. Entonces los hijos como que tienen mucha dependencia de los padres. Eso es lo que vi, lo que vi, digamos, viviendo en Italia seis meses en 2014 y ahora que llevo casi un año acá en este país.

Bueno, ¿cuál es la opción B para esta pobre generación que yo también estoy, básicamente? Heredar, si es posible. Con esta situación, tener una casa, un campo, un auto o algo parece cada vez más difícil. Para muchos jóvenes la única posibilidad de mejorar su situación financiera es recibir una herencia.

Una herencia es lo que una persona deja a sus familiares o seres queridos cuando muere. Yo muero y bueno, te dejo todo lo que tengo. Eso es básicamente una herencia.

El verbo es heredar. Podemos heredar dinero, una casa, un auto, joyas, libros, ropa, incluso mascotas también. Pero no todos tienen la posibilidad de heredar y depende directamente de la situación económica de tu familia.

Bueno, esta es la situación que nos toca vivir. Espero que, no sé, que el futuro mejore. Creo que hay que ser optimista.

Pero bueno, también cómo está el mundo ahora con los problemas actuales. Está un poco difícil, la verdad, pensar en un futuro optimista. Pero bueno, hay que ser optimista.

Es un desafío pensarlo, pero bueno. Bueno, y vos, ¿qué pensás de todo esto? Me gustaría leer tu comentario. Podés dejar un comentario acá en Spotify.

Me encanta recibirlos. Voy a leerlos. Siempre me encanta recibir comentarios de ustedes.

De hecho, tengo un ejemplo de comentario que me dejó hace un par de días. Creo que una semana, un par de semanas. Voy a leer el link.

Pero creo que, no estoy seguro, pero creo que sé quién es. Se llama Sorcha. Es de Irlanda.

Bueno, su nick es MSMURPHY. No sé si sos vos, Sorcha, pero gracias por tu comentario. Ella me dejó un comentario en el episodio 110, donde hablamos sobre si la educación tiene que ser gratuita para extranjeros o no.

Y ella dice, Soy extranjera que vive en Argentina y estoy de acuerdo con este cambio que propone el gobierno. Es un gesto noble, pero el país tiene demasiados problemas económicos para poder ofrecerlo. Mejor que aumenten los sueldos de los profesores y mejoren servicios para los estudiantes, que ofrezcan este beneficio a los extranjeros.

Que yo sepa, no es un beneficio recíproco. Bueno, muchas gracias, MS... Bueno, no sé si sos vos, Sorcha, pero creo que sí. Te mando un saludo, si sos vos.

Bueno, Sorcha es una oyente del podcast que la conocí en Buenos Aires justamente antes de irme para Italia. Así que fuimos a un café, tomamos un café con unas medialunas, y fue un gusto conocerla. Así que, bueno, muchas gracias por tu comentario.

Y bueno, los invito también a dejarme un comentario, cualquier comentario que les guste, y yo lo voy a leer. De paso, aprovecho para leer otro comentario que me dejaron en el episodio 109. El nick es bbp83.

Dice, hola, me gusta tu podcast mucho. Tengo una pregunta. ¿Eres completamente argentino? De vez en cuando tu acento parece como si fueras de Francia o Israel.

Solo pregunto por interés. Bueno, voy a contestar porque no es la primera vez que me preguntan esto. Pero lo voy a comentar muy rápidamente porque quiero hacer un episodio en relación a esto.

Básicamente, si ustedes me escuchan un poco diferente, es porque mi pronunciación de la R es un poquito diferente. Y esto es algo bastante normal. Hay mucha gente como yo que tiene problemas en la pronunciación de esta letra y desde muy chiquitos, desde que son chicos, no pueden pronunciar la R por problemas en la boca, etc.

Y yo tengo ese problema. Entonces, por eso a veces me escuchan así, con un acento francés. No sé si francés, pero sí como una pronunciación de la R, así un poco francesa.

Es solamente eso. Pero sí, soy argentino. Soy argentino, nací en la Patagonia.

Mi acento no es porteño. O sea, no soy de Buenos Aires. Es un rioplatense más neutral.

Por eso, si escuchan mis primeros episodios, siempre digo que mi acento es bastante neutral de Argentina. No soy porteño, no soy de Buenos Aires, pero tampoco soy del norte. O sea, no soy de Córdoba, por ejemplo.

Entonces, creo que es bastante neutral mi acento. Así que creo que está bastante bueno para escuchar, para que puedan entender a todos los argentinos. No solamente a los porteños.

O, no sé, a los de Córdoba, por ejemplo. Y otra cosa que quiero decirles es que yo tengo, no sé si es un problema o es una ventaja, pero a mí se me pegan mucho los acentos. O sea, cuando estoy en un lugar, se me pega bastante el acento.

Entonces, los primeros episodios puede ser que hablaba un poco más neutral incluso, porque en ese momento vivía en Córdoba. Y en Córdoba hablan bastante diferente. Entonces, capaz que en algunos momentos tengo un poquito de acento cordobés, pero no, no mucho.

Digamos, es como que mi acento es neutral justamente por eso. Porque viví mucho tiempo en Córdoba, pero al mismo tiempo no soy de Buenos Aires, soy de Patagonia. En Patagonia hablamos acento rioplatense, pero no es porteño.

Entonces, bueno, es así. Bueno, en el próximo episodio voy a seguir leyendo algunos comentarios. Pero déjame tu comentario, así te puedo leer.

Bueno, así terminamos este episodio. Muchas gracias por haberme escuchado. Espero que tengan una muy buena semana.

Y bueno, nos estaremos viendo en el próximo episodio. Chao, chao.