Episodio 93 - Quantified Self: ¿Por qué necesitamos medirlo todo?
Estás escuchando The Pocket Spanish Podcast, episodio número 93. Muy buenas a todos, ¿cómo andan? Espero que estén muy bien, bienvenidos a todos a un nuevo episodio. Estamos a 9 de Diciembre del año 2024, ya estamos en la segunda semana del mes de Diciembre, terminando el año.
Ya empezamos a hablar sobre la cena de Navidad, la cena de Año Nuevo, los regalos... Bueno, seguramente ya estás pensando en eso, ya estás pensando en qué le vas a regalar a tu hijo, ojo, a los niños, a los hijos de tus hermanos, a los pequeños de la familia. Pero, por supuesto, no te olvides de escuchar español. Escuchar este podcast es una de las mejores formas de poder mejorar tu español, especialmente si te interesa el español de Argentina.
Bueno, y también, a fin de año, muchas veces, muchas personas hacemos un balance del año, y también lo hizo Spotify. La semana pasada estuve viendo las estadísticas de Spotify, y bueno, quería agradecer a todos porque estoy contento con los resultados del podcast de este año. Pero quiero mandarle un especial saludo a cuatro personas que me escribieron por el Instagram del podcast diciéndome que estuve dentro del Top 5 o el Top 10, o incluso también dentro del Top 1, dentro de sus podcasts más escuchados del año.
Así que muchísimas gracias a Clara, a Esther, a Devon, y también gracias a Coven que me escribieron por el Instagram y me dijeron que fui uno de los podcasts más escuchados dentro de su aprendizaje de español. Así que muchísimas gracias, especialmente a ustedes, y también gracias a todos los que escuchan el podcast. Les mando un especial saludo.
Bueno, hoy tenemos un nuevo episodio para que puedas escuchar español. Como muchos pueden ver, la frecuencia de episodios del podcast está volviendo a la normalidad. Como dije antes, estuve un poco ausente porque antes vivía con amigos, y era un poquito más difícil poder grabar episodios, poder encontrar mi espacio, pero ahora muchos de ustedes saben que estoy viviendo solo, así que tengo tiempo.
Hoy, de hecho, ahora quiero decirles que es muy temprano en la mañana. Bueno, a ver, muy temprano depende para quién. Yo sé que para mis amigos estadounidenses no es tan temprano porque ellos seguramente se levantan mucho más temprano, pero son las 8 y 25 de la mañana.
Lo que pasó fue que hoy tuve una clase a las 7 de la mañana, entonces aproveché la mañana para quedarme despierto y dije, bueno, ¿qué hago ahora? Bueno, voy a grabar un episodio. Así que, bueno, acá estamos. Bueno, antes de empezar con el episodio de hoy, vamos a hacer, como siempre les digo, la introducción, que si te gusta el podcast, la mejor forma de ayudarnos es dejando 5 estrellas.
Y también, también, también, seguirnos, ¿sí? Porque ustedes saben que la frecuencia de episodios, muchas veces yo publico un episodio una vez por semana, pero a veces puede ser que publique dos episodios por semana, pero nunca saben el día, nunca saben cuándo los publico. Entonces, la mejor forma es seguir el podcast en Spotify, así ustedes pueden recibir la notificación. Spotify les dice cuándo publiqué un nuevo episodio y así están al día con el podcast, ¿sí? Otra cosa que quería decirles es que terminó la oferta del Club de Conversación, pero pueden también sumarse a los episodios exclusivos del podcast donde analizamos diferentes transcripciones y también me enfoco un poco más en lo que es el vocabulario, principalmente de Argentina o de Español en general, y también cosas de la gramática.
Así que para las personas que quieran, digamos, escuchar un análisis más detallado por ahí de las gramáticas, perdón, de la gramática, no es plural, de la gramática o también de cosas o expresiones argentinas, pueden encontrar el link en la descripción de cada episodio. Bueno, y ahora sí, empezamos con el episodio de hoy. Hoy vamos a hablar sobre un tema que me parece bastante interesante.
Hoy vamos a hablar del Quantified Self. Sí, seguramente nunca escuchaste hablar sobre esto, yo tampoco, pero tenía la idea siempre de hablar sobre este tema y no sabía cómo se llamaba, cómo se llamaba este término, qué nombre tenía. Y bueno, la semana pasada estaba buscando por internet cómo se decía esto.
Muchas de las cosas que buscaba era por qué, digamos, los seres humanos necesitamos medir todo o por qué necesitamos los números para controlar nuestra vida, etc. Y llegué a esta conclusión, digamos, a este nombre que se llama Quantified Self. ¿De qué estamos hablando? Para que se den una idea de qué trata este episodio.
Seguramente muchos de ustedes tienen diferentes aplicaciones en su teléfono que una, por ejemplo, les puede contar las calorías que consumen en un día. Otra aplicación seguramente les cuenta cuántos pasos dan por día, cuánto caminan por día. Por ejemplo, yo el otro día caminé como 18 mil pasos, una barbaridad, un montón.
Otras aplicaciones, no sé, te cuentan cuánto tiempo pasas en tu teléfono. Hay un montón ahora de aplicaciones que nos cuentan básicamente todo. También algunas más relacionadas con el tema de la salud, por ejemplo, nos pueden contar, no sé, datos biométricos de nuestra salud, dispositivos que nos cuentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia de cuántas veces late nuestro corazón, etc., etc., etc.
Vivimos en un mundo en el que los humanos ahora necesitamos saber todo, saber exactamente cuánto consumimos de carbohidratos por día, cuántas proteínas consumimos, cuánta grasa consumimos. Y entonces la pregunta es ¿Por qué? ¿Cómo nació todo esto? ¿Es algo nuevo? ¿Es algo antiguo? Bueno, de eso vamos a hablar en este episodio. ¿Alguna vez te preguntaste por qué sentimos la necesidad de medir prácticamente todos los aspectos de nuestra vida? Desde los pasos y calorías hasta la calidad de nuestro sueño.
El movimiento Quantified Self ha mejorado cómo interactuamos con nuestra salud, productividad y nuestro bienestar. Pero ¿Cómo empezó esta revolución? ¿Qué beneficios nos ofrece? Y también ¿Qué riesgos tiene esta dependencia de la tecnología? Hoy vamos a ver el fascinante mundo del Quantified Self, su evolución, curiosidades y también lo que significa para nuestras vidas. Para entender por qué necesitamos medir todo, es importante mirar un poquito más allá de la tecnología actual y explorar las raíces históricas y psicológicas de este fenómeno.
El impulso humano por la medición y el control tiene bases profundas que se relacionan con la evolución y la forma en que interactuamos con el mundo. Históricamente, medir y monitorear el entorno fue crucial, fue muy importante para la supervivencia del ser humano. En los tiempos prehistóricos, las personas debían medir, por ejemplo, el paso del tiempo, las estaciones para la caza y también para la agricultura.
Necesitaban medir, por ejemplo, la cantidad de recursos que tenían, el alimento, el agua y también su propia energía, la salud y la fatiga. Esta necesidad de obtener información muy importante sobre lo que pasaba a su alrededor les permitía adaptarse y tomar decisiones más informadas para sobrevivir. Hoy en día, esta misma cantidad o esta misma necesidad se ha transformado en un deseo de control, perfección y optimización.
En este caso no es para sobrevivir, sino para prosperar o para muchos también, como les gusta, para ser más productivos. El Quantified Self, en español el autoseguimiento cuantificado, comenzó a tomar forma a finales del siglo XX, cuando las tecnologías empezaron a ofrecer nuevas maneras de medir aspectos físicos y mentales. En los años 90, los científicos comenzaron a usar herramientas computacionales para recolectar datos de salud de manera más eficiente.
Sin embargo, fue con la aparición de los smartphones y dispositivos en los años 2000 que el concepto realmente comenzó a cobrar vida. De hecho, el término Quantified Self fue acuñado, diseñado por Gary Wolf y Kevin Kelly, dos escritores que en 2007, como una forma de describir el creciente interés por monitorear y registrar todos los aspectos de nuestra vida, hasta el estado físico y la productividad diaria. Ahora bien, ¿por qué necesitamos medir todo? Esta necesidad de medir todo no es solamente una cuestión de curiosidad, sino también está vinculada o relacionada a factores psicológicos y sociales.
Por un lado, tenemos el deseo de control. Vivimos en una sociedad donde la incertidumbre y la inestabilidad son factores constantes. Medir nuestros pasos, calorías o incluso también el sueño nos da una sensación de control sobre todo lo que estamos haciendo en nuestra vida, que de otro modo, si no lo hiciéramos, sería incontrolable.
Dos, también lo hacemos por la búsqueda de la perfección. En un mundo que cada vez más valora la productividad y el rendimiento, esta recopilación constante de datos permite a las personas buscar la perfección personal. Cuanto más sabemos, más podemos ajustar y mejorar.
Esto se refleja en estas populares aplicaciones de fitness también, por ejemplo, o el monitoreo de la salud, donde cada acción es cuantificada y optimizada. Otra razón es por la cultura de la comparación. Las redes sociales y las plataformas digitales fomentan esta cultura de la competencia y la comparación.
Muchas personas sienten la necesidad de medir su vida para poder compararla con los estándares impuestos por la sociedad o los demás. En este contexto, el Quantified Self se convierte en una forma de mostrar el progreso y el éxito. La autoexploración.
También, finalmente, para medir todo, esto puede verse como una forma de autodescubrimiento. Las aplicaciones de bienestar o los dispositivos de medición pueden permitirnos conocer aspectos profundos de nuestra biología y comportamiento y usar esa información para mejorar nuestro bienestar mental y físico. Este impulso por medirlo todo también tiene un fuerte vínculo con nuestra capacidad de procesar información.
En el mundo digital, la capacidad de almacenar y analizar grandes volúmenes de datos ha permitido a las personas empezar a ver su vida a través de números, ofreciendo una nueva forma de conocer lo que pasa en nuestros cuerpos y en nuestras mentes. Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas del Quantified Self? ¿Cuáles son las ventajas de usar todas estas aplicaciones que nos permiten medir todos los aspectos de nuestra vida? La primer ventaja es la salud preventiva. Gracias a estas herramientas, las personas pueden detectar anomalías antes de que se conviertan en problemas graves.
Una anomalía es cuando un dato referido a nuestra salud se va del límite de lo normal. Por ejemplo, si yo tengo una tecnología que registra mi glucemia, mi nivel de azúcar en sangre, y un día yo tengo más de 150 de glucemia, eso me permite poder ir al médico para detectar esta anomalía. Sí, una anomalía es cuando un dato de lo que sea se va, digamos, del límite de lo normal.
Por ejemplo, también podemos hablar de dispositivos como Cardiogram que han ayudado a identificar señales tempranas de enfermedades cardíacas en muchas personas. La otra ventaja es el empoderamiento personal. Poder tener acceso a todos estos datos, como las calorías, el patrón de sueño o el nivel de actividad física, permite a las personas poder tomar decisiones mucho más informadas y sentir el control de sus vidas, sentir que tienen control sobre lo que están haciendo.
Muchos de mis estudiantes, por ejemplo, miden la cantidad de horas que escuchan español. Eso le permite tener un control y poder saber si están haciendo mucho o si están haciendo poco. Hay otras personas que también, por ejemplo, controlan la cantidad de tiempo que pasan con el teléfono.
Bueno, la otra ventaja es la optimización de la productividad. Hay herramientas que no solamente registran el uso del tiempo, sino que te ayudan a identificar patrones para mejorar tu productividad. Por ejemplo, hay aplicaciones que te dicen en qué aplicación de tu teléfono estás gastando más tiempo.
Y la otra ventaja es el bienestar mental. Hay aplicaciones que monitorean y promueven las prácticas como la meditación, ayudando a reducir el estrés y mejorar la salud mental. Ahora bien, por otro lado tenemos las desventajas o los peligros del Quantify Self.
El primero es la sobrecarga de datos. Tener demasiada información sobre uno mismo puede generar un poquito de ansiedad. Por ejemplo, hay algunas personas que usan estas aplicaciones de fitness y se sienten un poco presionados por cumplir las metas diarias.
Y eso a veces puede impactar la salud mental de la persona. Por ejemplo, hay personas que tienen como meta diaria caminar 10.000 pasos por día. Pero ¿qué pasa si un día no pueden lograrlo, no pueden cumplir esa meta? Eso puede afectar la salud mental de la persona.
La segunda es la dependencia tecnológica. Al depender exclusivamente de los datos, de las métricas, se pierde un poco la conexión con el cuerpo. Muchas personas confían más en los números que en lo que sienten.
Esto puede hacer que afecte a su bienestar. La tercer desventaja o peligro es la privacidad y ética. Esta recopilación masiva de datos puede ser un poco peligroso.
Hay empresas que pueden vender o filtrar información personal. Un caso preocupante fue cuando dispositivos de fitness accidentalmente revelaron ubicaciones sensibles de bases militares a través de mapas de calor generados por usuarios. Y la cuarta es la comparación y el perfeccionismo.
Esta constante comparación con metas con otros usuarios puede ser un poco perjudicial, creando una obsesión por alcanzar estándares perfectos. Esto puede afectar un poco la autoestima y generar frustración. Leyendo esto, me acuerdo de cuando usaba una aplicación para correr, para personas que corren, y me acuerdo que era como una especie de red social porque vos podías, digamos, la aplicación te medía cuántos kilómetros corriste durante el día y después vos podías publicarlo en la aplicación y te comparabas con las otras personas.
O sea, no era obligatorio compararse, no es que tenías que compararte, pero vos podías ver, obviamente, cuántos kilómetros habían corrido las otras personas. Entonces ahora estoy pensando en eso cuando leo esto. Dato curioso sobre este tema.
¿Sabías que los astronautas del programa Apolo en los años 60 fueron uno de los primeros en usar el Quantify Self? Ellos utilizaban dispositivos portátiles para medir sus signos vitales, como por ejemplo la frecuencia cardíaca y sus niveles de oxígeno, durante las misiones espaciales. Estos sistemas que estaban diseñados para la exploración espacial dieron inicio a la creación de los dispositivos de Quantify Self que conocemos hoy en día. Así que podríamos decir que todo esto tiene orígenes fuera de este planeta.
El movimiento Quantify Self ha cambiado drásticamente nuestra relación con nuestros cuerpos y con nuestras vidas cotidianas. Nos ofrece, por un lado, la posibilidad de tener una comprensión mucho más profunda de nuestra salud, de nuestras emociones y también de nuestros hábitos. Sin embargo, también plantea preguntas importantes sobre la naturaleza de nuestra autonomía personal y el valor que damos a estos números en nuestras vidas.
Por un lado, el Quantify Self nos da un poder muy importante. El poder de conocer nuestros datos en tiempo real, de poder ajustar estas rutinas que tenemos y mejorar nuestra salud o productividad con base en toda esta información exacta o precisa. Nos da también la capacidad de poder tomar decisiones más informadas, algo que antes estaba un poco limitado solamente para los profesionales de la salud, los médicos, los expertos.
Si sabemos cómo leer esos datos, podemos prevenir enfermedades, optimizar nuestro rendimiento físico y mental y también mejorar nuestra calidad de vida en muchos aspectos. Sin embargo, esta misma tecnología nos expone a esta serie de problemas. Mientras más datos recopilamos sobre nosotros, más dependencia tenemos.
La constante monitorización puede llevarnos a perder un poco el contacto con nuestra intuición, escuchar a nuestro propio cuerpo. La obsesión por los números y las métricas puede hacer que descuidemos cómo nos sentimos en realidad, favoreciendo lo que los dispositivos nos dicen sobre lo que estamos haciendo en lugar de confiar en nuestros propios sentidos. Si yo tengo el objetivo de caminar 10.000 pasos por día, pero un día me siento muy cansado y igualmente voy a caminar, no estoy escuchando lo que mi propio cuerpo me dice, sino que estoy más dependiendo de esas estadísticas, de esos números para sentirme bien.
La búsqueda de la perfección también tiene un costo. Cuando estamos constantemente midiendo nuestro rendimiento, ya sea en el gimnasio, en la oficina o incluso en nuestras interacciones sociales, puede aparecer una presión externa que nos empuje a alcanzar estos objetivos poco realistas. Esto puede ser muy agotador y generar mucha ansiedad para la persona.
El Quantified Self también nos coloca en un territorio un poco complicado con el tema de la privacidad. En un mundo donde la información personal se ha convertido en algo muy valioso, los datos que recopilamos de nuestras actividades diarias y de nuestra salud pueden ser vulnerables. Aunque muchas plataformas aseguran la protección de todos estos datos, siempre existe el riesgo de que sean utilizados de manera no tan ética.
Así podemos pensar en la pregunta, ¿realmente tenemos control sobre nuestros propios datos? Además, mientras que muchos de estos avances pueden ser utilizados para el bien, como por ejemplo la prevención de enfermedades o el fomento de hábitos saludables, el Quantified Self también refleja una sociedad que busca medir, controlar y optimizar hasta el último detalle de la vida. Esto nos hace pensar un poco sobre qué significa vivir en el siglo XXI. ¿Estamos dejando que las máquinas definan nuestras vidas? ¿O estamos usando estas herramientas para aprender un poco más sobre nosotros mismos de manera consciente y equilibrada? El verdadero desafío de todo esto es cómo lo integramos en nuestras vidas sin que se convierta en una carga, sin que sea algo malo para nosotros.
Tenemos que acordarnos que los datos son solamente una parte de la experiencia. Experiencia. La sensación de bienestar, felicidad o éxito no siempre se puede medir en números.
La clave está en encontrar un balance, aprovechar los beneficios de la tecnología para poder mejorar nuestra salud sin perder de vista lo que realmente importa. Nuestra capacidad de poder disfrutar la vida, de conectarnos con los demás, de escuchar a nuestro propio cuerpo y emociones. Y en base a eso poder decidir si lo que quiero hacer es escuchar nuestro cuerpo o seguir lo que tenemos, nuestras metas métricas.
Este Quantify Self no debería ser visto solo como un conjunto de herramientas que nos controlan, sino como una invitación a conocernos un poquito mejor, a comprender qué nos hace sentir bien, qué nos motiva y qué necesitamos para estar bien. Si somos capaces de mantener ese equilibrio, el Quantify Self puede ser una herramienta muy valiosa, creo, para poder vivir con mayor conciencia y con mayor bienestar. Voy a dejar una pregunta en la descripción de este episodio, si ustedes conocían este Quantify Self y si lo usan.
Y también me parecería interesante saber si a ustedes les parece más una herramienta positiva para poder mejorar sus vidas o creen que es algo negativo que puede caer en el control y afectar sus vidas. Voy a dejar la encuesta en la descripción de este episodio y también, por supuesto, me pueden enviar o responder al episodio en Spotify y voy a leer sus mensajes y responder también a sus mensajes. La idea es que esto sea un intercambio de ideas.
Si te gustaría, además, hacerlo en la vida real, podés sumarte a nuestro club de conversación y podés encontrar el link del club de conversación también en la descripción del episodio. Vas a poder encontrar la transcripción de este episodio en la página web del podcast, que también tenés la transcripción en la descripción del episodio. Espero que te haya parecido interesante este tema y como siempre digo, nos estaremos viendo en el próximo episodio.
Que tengan una muy muy buena semana. Chau chau.